Por las substanciales diferencias en la biología de hombres y mujeres, no es conveniente plantear analogías entre ambos sexos ni supuestas igualdades. Las mujeres, por su constitución, no pueden responder a las esperanzas generadas en un planeta organizado desde una visión masculina.

El joven Arturo estaba aterrorizado. Estaba jorobada y era horrible, solo tenía un diente, olía a aguas negras y hacía ruidos obscenos. Nunca se había encontrado con una criatura tan repugnante en toda su vida.

Muévete en otros círculos, apúntate a nuevas actividades (gimnasio, tenis, pádel, baile o algún otro deporte), conoce gente nueva e interactúa con personas diferentes, y si es necesario buscar asesoría de alguien que te oriente y que te guíe.

Usar fetiches de género no señala de ninguna forma que el individuo esté confundido sobre su género. Si eres quien goza y agrada de esos cambios, explica a tu pareja que no ocultas nada. Explícale que ponerte su lencería mientras tenéis sexo es sólo una manera de jugar.

Pero no por este engaño de los muchos la vida puede echarse de la vida. No por la imprudencia de todo un planeta, la verdad deja de estar aquí y ahora, en el ser que entiende la entrega total y la renuncia plena de madures.

La mujer para abrirse, para abandonarse, para liberar su erotismo precisa tener confianza, hace de cada encuentro una etapa en la relación donde ha demandado al hombre que trasponga el umbral, mientras que para el hombre son encuentros discontinuos, independientes uno de otro.

Esto es sobre la resistencia; mantenga sus niveles de excitación en psique. Si se está excitando demasiado en la posición actual y se aproxima demasiado al clímax, sáquese y enfríese por un segundo. Muévase hacia abajo para darle placer oral u otra atención que sepa que ella ama.

El tercero de los mitos se cae por su peso porque el cáncer cérvico uterino se relaciona, como señala este autor, con una familia de virus. Por ende, el uso del preservativo más bien puede evitarlo que causarlo.

Y las emociones cognoscitivas superiores que necesariamente precisan de los pensamientos y asociaciones del individuo para poder experimentarlas: Estas son el amor, el odio, el rencor, el resquemor, el temor, la culpa, el orgullo, la envidia y los celos.

Bastones y látigos, en especial con borlas en los extremos, son otros de los juguetes que no deben faltar en tu armario. Al lado de los instrumentos para las nalgadas, estos son casi indispensables para tus juegos BDSM.